Los museos son espacios de comunicación, y la exposición es su vehículo de realización por excelencia; es un discurso y, en ese sentido, es un espacio de creación, lo que debe ser profundamente respetado y no constreñido.
Por Cristina Vargas. 31 enero, 2022. Publicado en El Peruano, el 29 de enero de 2022.
En los últimos años, ha habido una sucesión de proyectos de ley regulatorios del sector museal en nuestro país. Incluso, uno fue aprobado por el anterior Congreso de la República, aunque no fue ratificado por el Poder Ejecutivo. Hoy, que estamos ante una consulta pública sobre un nuevo proyecto legal, presentado a fines del 2021, reflexionamos sobre algunos puntos que, consideramos, debieran ser necesariamente atendidos, sin que se agote la reflexión sobre el tema:
1. La complejidad de la definición, en la hora actual, del “museo”. Esta, incluso, se sigue debatiendo en el seno del Consejo Internacional de Museos (ICOM) debido a la diversidad de estos; pero, también por los roles que se les asigna hoy. En ese sentido, toda ley y política museal debe atender a estas reflexiones y a la propia realidad museal del país. Esto no implica, generar una mirada ambigua o laxa de lo que el museo es; por el contrario, se debe clarificar la diferencia entre estos, los centros de interpretación y las salas de exposición, por ejemplo. Y, en general, lo más conveniente sería atender a la terminología museológica, mucha de ella consensuada a nivel internacional.
2. El 2015, la Unesco publicaba la “Recomendación relativa a la protección y promoción de los museos y colecciones, su diversidad y su función en la sociedad”, documento que incide en temas capitales que debe atender el museo del presente y de los siguientes años. En este, reconocemos una atención dirigida a los públicos, las colecciones y la sociedad, como aspectos que no pueden ser tratados de manera inconexa. En el primer caso, la accesibilidad (que ya se advertía en la década de los 60, en una anterior recomendación), desde una perspectiva física y digital, es uno de los pilares para que los museos puedan cumplir su rol de impacto en la comunidad. En el segundo, la preservación, presentación y comunicación del patrimonio material e inmaterial siguen siendo tareas connaturales y fundamentales de la institución; pero, también, con una atención al medioambiente. Articulando ambos elementos, la investigación y la educación -en su dimensión formal, informal y a lo largo de la vida- son funciones reafirmadas y no pueden pensarse de manera desarticulada con la acción expositiva de estas instituciones.
Finalmente, en tercer lugar, la atención a la realidad de las comunidades, sus desafíos y potencialidades, se refuerza en el documento, en la línea de los postulados de la Museología crítica y de la Museología social, al instarse a que sean vehículos de diálogo intercultural la inclusión y la cohesión social; así como del fortalecimiento de la ciudadanía y del respeto de los derechos humanos, como de la igualdad de género.
3. En línea con lo dicho, una ley y una política de museos para el país debe centrarse en los aspectos mencionados, evaluando y mejorando las condiciones de accesibilidad de sus espacios físicos y virtuales. Sin ella, ya encontramos una barrera importante para el disfrute de las propuestas educativas de la institución. De igual forma, debe establecer mecanismos y recursos para impulsar la investigación en las instituciones museales, tanto de las colecciones como de los públicos, sus demandas y percepciones.
El desarrollo de estudios de públicos, a través de observatorios o laboratorios que atiendan a datos que vayan más allá de lo cuantitativo, permite tener una mirada más real del quehacer de estas instituciones y de cómo las perciben los individuos. De igual manera, el fortalecimiento de la articulación con las instituciones académicas -asociaciones, universidades, etc.- vinculadas al sector, es vital para llevar adelante este quehacer. Ejemplos notables existen en otros países, donde se establecen premios para la publicación de investigaciones de posgrado, en temas asociados a las colecciones o a la institución museal.
4. Finalmente, todo ello pasa por el fortalecimiento institucional, para lo cual se necesita una adecuada planificación interna -a través del establecimiento de planes museológicos-, que nacen de la naturaleza de cada institución museal y permiten una mirada más real para el cumplimiento de las metas. Pero, su realización e implementación implicará un fortalecimiento de los recursos económicos de estas instituciones y, de un modo descentralizado.
Los museos son espacios de comunicación, y la exposición es su vehículo de realización por excelencia; es un discurso y, en ese sentido, es un espacio de creación, lo que debe ser profundamente respetado y no constreñido, sino impulsado para que se realice de manera más científica y permita la reflexión y la realización del derecho a la cultura.
Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.
